
Uno de los mitos más extendidos en nuestro continente es el de
La Llorona. La leyenda se comenta en todas las latitudes, a pesar
de que los mexicanos la ubican en su tierra. La versión, según
ellos, sería exclusivamente mexicana. Mi apreciación es diferente,
pero de todos modos veamos en qué se funda la idea de la tierra
de los mariachis, a pesar de que el mito se expande en todo país
sudamericano y montañoso.
La primera versión es muy complicada y se atribuye a la fusión
de tres dioses aztecas.
Mucho más comprensible y racional es la segunda, que se remonta
al año 1550, durante la dominación española en nuestras tierras.
Una hermosa campesina mexicana se transforma en la querida de
un noble español, don Nuño de Montes, un caballero de ilustre
cuna. Pero sucede algo muy terrenal. El hispano, en una actitud
"muy varonil", se compromete con una dama de su alcurnia y rechaza
a Luisa, que ya tenía tres hijos de su amante. La mujer se desespera,
ya que amaba profundamente a Don Nuño, y en un rapto de locura
asesina a los niños. Pero reacciona, muy tardíamente, y corre
por las calles de Ciudad de México llorando su desventura. Recién
en este momento se da cuenta Don Nuño de su brutal reacción y
a su vez, desesperado ante la muerte de sus hijos, se suicida.
La Llorona. La leyenda se comenta en todas las latitudes, a pesar
de que los mexicanos la ubican en su tierra. La versión, según
ellos, sería exclusivamente mexicana. Mi apreciación es diferente,
pero de todos modos veamos en qué se funda la idea de la tierra
de los mariachis, a pesar de que el mito se expande en todo país
sudamericano y montañoso.
La primera versión es muy complicada y se atribuye a la fusión
de tres dioses aztecas.
Mucho más comprensible y racional es la segunda, que se remonta
al año 1550, durante la dominación española en nuestras tierras.
Una hermosa campesina mexicana se transforma en la querida de
un noble español, don Nuño de Montes, un caballero de ilustre
cuna. Pero sucede algo muy terrenal. El hispano, en una actitud
"muy varonil", se compromete con una dama de su alcurnia y rechaza
a Luisa, que ya tenía tres hijos de su amante. La mujer se desespera,
ya que amaba profundamente a Don Nuño, y en un rapto de locura
asesina a los niños. Pero reacciona, muy tardíamente, y corre
por las calles de Ciudad de México llorando su desventura. Recién
en este momento se da cuenta Don Nuño de su brutal reacción y
a su vez, desesperado ante la muerte de sus hijos, se suicida.
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